Día de perfeccionar, de reformular y cerrar pequeños trozos, de ensayar desde el princípio hasta el final de la primera parte de la coreografia.
Mucho trabajo por grupos, exigiendo paciencia, algún silencio, concentración, respeto por los que están en el centro trabajando, y por Wilfried que lucha con el idioma para explicarse del mejor modo, y por Amaya que apoya, interpreta, traduce, crea, complementa.
De impactar que nadie sale del espacio, no hay meriendas antecipadas, o dispersión del trabajo. Se respira un ambiente distendido pero preparado, esperando la vez de salir a perfeccionar.
El grupo se va conociendo más y mejor. Salen sintonias, entre-ayudas espontáneas, cooperaciones.
Cada día (re)conocemos una cara nueva en este grupo grande que se va uno. Hay interés, pequeñas complicidades que nos acercan. Meriendas más compartidas, disponibilidad para echar manos en lo que hace falta. Pequeños grupos repasan movimientos específicos, los que saben comparten su tiempo ayudando a quien todavía no lo ha memorizado, salen sugerencias espontáneas para mejorar algunos aspectos.
Hay incluso un interés por aprenderse partes que no son suyas, por la simple curiosidad, por el interés en saber reproduzir con su cuerpo lo que parece tan bonito en el cuerpo de los demás.
Los descansos ya no sólo son descansos. Las pausas son aprovechadas para ensayar, perfeccionar. Siempre hay pequeños grupos enseñando algo, aprendiendo...
Destaca también la atmosfera constructiva que nos une. Se discute entre todos lo que hacer con quien va más despacio o necesita una ayuda extra. Se decide en grupo, con responsabilidad y compromiso de todos.
Esta actitud de construcción se nota incluso en los pequeños detalles de ensayo coreográfico. La consigna general de la pareja-bailarina cuando los movimientos coordinados fallan, o cuando estamos buscando alinear partes que todavía no están saliendo en simultáneo es la de "Sentiros unos a los demás!".
No hay culpas, no hay reproches, no hay llamadas de atención para lo que NO está bien, si no una llamada positiva a lo que SI importa hacer, enfatizando lo que está bien y hay que mantenerse.
Por lo demás, se sigue sintiendo una atmosfera emocional creciente. La emoción es fácil en algunas partes, incluso por parte de quienes la bailan. La música, el respecto de los que miran, la implicación general nos permiten viver cada cosa muy intensamente. "Esto es impactante!", se desahoga una de las asistentes alemanas, Anna.
Al final, repasando ideas y alineando el grupo, Amaya y Wilfried remarcan algo importante para el grupo: "Esta no es una coreografía donde hay uno o dos que brillan. Es una coreografia donde hay que sentir todos a nuestro alrededor y hacerlo JUNTOS."
Como decía Annette, otra de las ayudantes alemanas, al final de la sesión: "Es estar conectado. Entender nuestro ambiente, nuestro ambiente social, a través de los sentidos. Como pájaros distintos en una bandada, que aspiran a un mismo movimento, para un vuelo único, aprendiendo con su propio cuerpo, a través de su propio cuerpo".
Antes parecían ser sólo pedazos de la coreografia, pero en este momento todo se hace ya un puzzle de muchas partes que componen una unica pieza. La que interpreta, con todo lo que eso significa, el Grupo.
(Fotos de Anna Miozga)
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